Tus fotos, tesoros de papel

Cuando tenés las fotos en papel tenés compañía, la tenés para los momentos tristes, para cuando necesitas cariño cerquita, para revivir momentos, para sentir que el tiempo no pasa tan rápido…

Cuando tenés las fotos en papel sentís que estás un poquito menos solo, que tus vivencias y tus recuerdos están ahí, al alcance de tu mano…

Cuando tenés las fotos en papel podés cerrar los ojos y volver a sentir esas cosquillitas en la panza del día de tu casamiento… Y volvés a sentir el olorcito a bebé de tu hijo recién nacido…

Y sentís la energía que existía en el aire en el cumpleaños de quince de tu princesa…

Y la emoción del vals en el aniversario de tus viejos…

Y la sensación de tener la mano arrugadita de tu abuela entre tus manos deseándote lo mejor para tu vida… Y sentís a esos familiares que ya partieron un poquito más cerca…

Y escuchás la voz de tu papá al verlo en una foto, recordándote que aunque no está, sigue acompañando tus pasos…

Cuando tenés las fotos en papel los detalles se recuerdan más nítidos y las anécdotas fluyen como cataratas desde el corazón…

Cuando tenés las fotos en papel, la sonrisa se te dibuja sola, y te dejás llevar por la emoción, y te perdés para volver a encontrarte…

Cuando tenés las fotos en papel se agolpan todas tus historias en la palma de tu mano, y se te aclara el panorama, recordás de donde venís, y te animás a descubrir el camino por delante.

Cuando tenés las fotos en papel los recuerdos duelen menos y las emociones vuelven a depositarse en el alma… la vida se detiene para que puedas saborearla mejor. Se respira calor de hogar, aunque afuera haga mucho frío.

Por eso imprimí tus fotos, tenélas ahí cerquita, en tu mesita de noche, en tu cajita de recuerdos, y las vas a valorar como lo que son, verdaderos tesoros de papel. Son tu vida, son tu herencia, son tu bien más preciado, te lo aseguro.